Nicolas Romero
Buenos Aires, 1985
Se alejó del graffiti para comenzar a trabajar con rostros, muchos de figuras políticas con las que experimentaba y jugaba con su carga simbólica en la calle, y de los que emanaban chorros de vida y color, mientras, su trabajo de estudio se llenaba de carne y cuerpos femeninos y masculinos. En sus “Naturalezas Muertas”, con la que viene trabajando en los últimos años, Nicolás ha encontrado otra forma de utilizar la imagen a modo de reflexión social. «Me di cuenta de que a través de objetos y símbolos podía decir muchas más cosas», dice. Gatitos, caniches, drones, berenjenas, higos, flores, obras de arte clásico, iconos contemporáneos y otros elementos que encuentra en el territorio inmediato donde realiza las intervenciones murales se entremezclan en sus caóticos y surrealistas bodegones
Más sobre el artista
Nicolás Romero comenzó hace veinte años firmando Ever (@eversiempre) y
haciendo graffiti en las calles de su ciudad natal, que vivía la resaca de una dictadura militar que había
durado ocho años y que en esos momentos entendía el arte en la calle como una expresión de libertad.
En la actualidad, Nicolás desarrolla su trabajo de estudio en torno a las “Naturalezas Muertas”, con las
que a través de la unión de elementos ha encontrado una forma de utilizar la imagen a modo de
reflexión social e investigación antropológica. Trabaja a través de huellas que encuentra en su contexto
más inmediato, resultado del entramado social y símbolos nacidos de la coexistencia de factores
sociales, culturales y económicos. Desde botellas de refrescos a estampas religiosas, símbolos
políticos, iconos contemporáneos o algo tan aparentemente inocente como frutas y verduras forman
parte de estas composiciones que utiliza como puente para hablar de realidades más complejas.
Es precisamente esta confluencia entre las naturalezas muertas y esa conexión con su niñez y
empujado por unos tiempos en los que la sociedad modificaba sus comportamientos enfrentando a
una pandemia global, lo que le lleva a dar forma arquitectónica, de gundam específicamente, a esos
bodegones, dando vida a seres ataviados de elementos de consumo estandarizados – identidades
anónimas y globales – a través de sus cuerpos.
Romero ha expuesto en solitario en la galería Ochi Projects (Los Ángeles), The Diogenes Club (Los
Ángeles), Galería Varsi (Roma), Galería Libertad (Querétaro) o Dinámica Gallery (Buenos Aires). Ha
participado en muestras colectivas en Studiocromie (Italia), Marian Cramer Projects (Ámsterdam y
París), Fir Gallery (Shanghai) o en Cerquone Gallery (Madrid), y en otros países como Francia,
Sudáfrica, Austria, Australia, México y Estados Unidos. Ha hecho ilustraciones para las versiones
impresas de New York Times Magazine y ZEIT Magazine.
Su obra ha sido seleccionada en instituciones culturales como la Fundación Santander, Museo Amalia
Fortabat y Palais de Glace, los tres en Buenos Aires, el Museo Macro de la ciudad de Rosario o la
Bienal de intervenciones urbanas en el CCEC y el Museo Caraffa en Córdoba, Argentina.
