Los mundos chocan en la obra de Léo Dorfner; Vemos arte elevado, mitología y medios populares combinados para crear una cacofonía de culturas de tinta azul. Dorfner, originario de París, se educó en la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts de Paris y ha expuesto en Francia, Alemania y (solo para mantener el ecléctico) Corea del Sur.

La obra de Dorfner actúa como una cristalización de la actualidad. Así como existimos en una sociedad que se balancea sobre la delgada línea entre progreso y tradición, el arte de Dorfner une el pasado y el presente de maneras emocionantes y, a menudo, humorísticas (es difícil no dejar escapar un suspiro divertido ante un tatuaje de Mickey Mouse en la mejilla de Andrómaca). Hay una rebelión silenciosa que recorre su obra y que se manifiesta como un producto evidente de la época; La idea de que Dorfner elige corromper las formas establecidas a través del graffiti y la manipulación de fotografías es imposible de separar de las imágenes creadas por la generación Instagram. Con la introducción de las redes sociales (y el consiguiente deterioro de la capacidad de atención), la sátira ha pasado de la forma escrita a las imágenes; Un meme tiene ahora tanto peso como el informe Borowitz a la hora de criticar la actualidad. El arte de Dorfner se sitúa en este espectro de la sátira social, deslizándose hacia polos opuestos con cada nueva obra.